LA PRIMERA RECETA COLOMBIANA SENCILLA: PLÁTANOS FRITOS. Y UN POCO DE HISTORIA DEL PLÁTANO

Quienes hayan leído mis publicaciones de Instagram y quizás ya hayan empezado a visitar la página probablemente se habrán dado cuenta de que tengo diferentes temas que se entrelazan. Casi siempre, uno está conectado con otro. Como la historia del plátanos en mi vida.

De niño, recuerdo que los bananas eran una novedad. Todavía recuerdo la Unión Soviética. Mi madre los traía de algún sitio. Los comía como un manjar. Por cierto, por alguna razón recuerdo mi infancia mejor que los años posteriores. Es bueno que recuerde a tanta gente. Ellos recuerdan eventos relacionados conmigo.

Por suerte, esta vez, aunque parcialmente, los recuerdos se han conservado. O mejor dicho, los recuerdos de vivir en las Islas Canarias. Si quieres, ¿puedo escribir sobre ellos con más detalle más tarde? Bueno, como mucho, le pediré a un amigo de allí que me los recuerde. Los hombres suelen tener mejor memoria. No entiendo cómo almacenan tanta información.

En fin, en las Islas Canarias vivía con una chica que solía cocinar plátanos fritos. Adivina de qué país era. Hablaba español, pero no como los canarios. Por cierto, la entendí mucho mejor. Me contó que había venido a España a ganar dinero. Y que después de un tiempo volvería a su país y compraría un apartamento. Ayudaba a una española con las tareas del hogar. Y fue ella quien me enseñó a freír plátanos correctamente. No recuerdo qué significaba eso de "correctamente". Porque mi vecina actual simplemente los fríe en aceite vegetal. Luego les echa sal. Esto último no es para mí. Me gusta todo lo dulce. Bueno, ¿ya habrás adivinado que la chica con la que vivía en España, irónicamente, también era colombiana?

Me gustó mucho el sabor y fue una decisión inesperada para mí en aquel momento. Nunca había probado plátanos fritos. Pero estos bananas no son los típicos amarillos que solemos comer, y suelen estar ya blandos. Y estos son plátanos verdes. Sin embargo, hay muchas variedades y tipos de bananas, pero se dividen principalmente en dos grupos: postre (dulce) y comida (también conocidos como plátanos). Durante mucho tiempo, clasifiqué los plátanos en tres categorías: verdes, maduros y demasiado maduros.

Al principio, me sorprendió que hubiera tantos plátanos verdes en los supermercados, que no eran aptos para el consumo. Hablo de Canarias, pero en Colombia es igual. Resultó que así es como debe ser. Tienen un propósito diferente. Ay, me está volviendo la memoria. Recuerdo que una vez intenté comerme un plátano verde por hambre. O me daba pereza ir a la tienda, o ya estaba todo cerrado. Aquí me falla la memoria de nuevo. Pero recuerdo claramente que las Islas Canarias no son para mí. Las islas en sí son preciosas. El clima es maravilloso. Pero allí todo está siempre cerrado.

Los fines de semana y festivos, nada funciona. Me sorprendió que incluso los supermercados cerraran los domingos, salvo uno para turistas. Y aun así, cerraba temprano. Bueno, en general, es una situación común en toda Europa. NO me gusta. Me estresa.

Así que ahora estoy comiendo estos plátanos verdes en Colombia. En mi opinión, su sabor es el mismo que el de los españoles. Pero se pueden comprar a cualquier hora del día. ))))

Para ser justos, tenía curiosidad, por supuesto, sobre cómo cocinamos los plátanos fritos. Según las recomendaciones: bananas un poco verdes, en las recetas más sencillas: cortados a lo largo.

Qué gracioso, le enseñé esta foto a Julia. Enseguida protestó: estos no son plátanos verdes, sino amarillos. Pero no tenemos plátanos verdes así, ¿verdad? Bueno, o no los ponen en montones separados específicamente para eso. Tras las conversaciones, resultó que aquí también cocinan bananas amarillas, si se quieren, y los cortan no solo en círculos, sino también como en la foto.

Y aquí está nuestra última novedad.

Todo lo que cocina Julita es delicioso. Me gusta la comida colombiana. Todavía no he descubierto lo de las sopas. Una vez comí en un restaurante. Pero, la verdad, no me gustó mucho. Necesito probarlo de nuevo. Tengo tanto trabajo que no tengo tiempo para comer. Siempre prefiero dormir a comer. Sobre todo por la mañana. Hoy, el caballero bajo la ventana gritó "¡Aguacates, aguacates!" tan fuerte que me despertó. Y no pude volver a dormirme. Ha sido un día duro. Un día muy duro. Como decían mis abuelas: dormir vale más que el dinero. (Aunque ellas mismas se levantaban a las cuatro y media de la mañana toda su vida). Pero esa es otra historia.

Mientras tanto, unas palabras sobre la historia del banano en nuestros países. La "carrera" del banano despegó a mediados del siglo XX: según las memorias del Comisario del Pueblo para el Comercio Exterior, Anastas Mikoyan, Stalin apreciaba la fruta y, después de 1945, ordenó personalmente la compra de pequeños lotes de banano para abastecer los almacenes centrales de las ciudades más grandes de la URSS.

Los primeros proveedores de banano para los ciudadanos soviéticos fueron China y Vietnam, y el gobierno no gastó ni un céntimo en la compra: los préstamos soviéticos y la ayuda militar se "pagaban" con fruta.

Tras el conflicto fronterizo en la isla Damansky, la Unión Soviética se vio privada de banano "socialista" barato, y el gobierno tuvo que autorizar la compra de banano en las tradicionales "repúblicas bananeras" de América Latina. Así, los años de estancamiento se convirtieron en un período de crecimiento continuo de las importaciones de banano, principalmente de Colombia y Ecuador. Así que, quién sabe, tal vez recuerdo la banana colombiana de mi infancia.

Lamentablemente, no pude encontrar información sobre qué país fue el primero en inventar la idea de freír plátanos. Si alguien sabe, por favor, compártala. ¡Eso es todo por hoy! ¡Pronto les contaré más!